Hablaremos de una obra emblemática de la filosofía, los “Diálogos de Platón” - Gorgias o sobre la retórica,  este es el primero de 3 de estas obras clásicas, espero que les guste, nos centraremos en los elementos principales de "Gorgias o de la retórica".

Aprenderemos sobre los tipos de retórica que Sócrates analizaba junto con otros maestros de la retórica, como Gorgias, Polo y Calicles entre otros; y porque en lo general a Sócrates le parecía que uno de estos tipos era para los ignorantes únicamente.

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-Abrazos.

Hola amigos, bienvenidos nuevamente a Rango Cultural.

En esta oportunidad hablaremos de un clásico de la filosofía, que tampoco puede faltar en sus casas si son amantes de los clásicos.

Para ello desarrollaremos un análisis de tres de estas obras en una secuencia de tres vídeos.

Y es que hay mucho por compartir amigos y muy poco tiempo.

Intentaremos centrarnos en los elementos más importantes de cada una de estas piezas.

Platón se dio a la tarea de registrar en buena parte los discursos de su maestro Sócrates y es que este último no tenía el hábito de tomar notas.

Por lo tanto, los diálogos de Platón, los diálogos de Platón, son un registro histórico, son un registro de las memorias o los discursos de Sócrates.

Son tres diálogos que revisaremos en nuestra sesión, Gorgias, el Fedón y el Banquete.

En esta en particular nos centraremos en el primero de estos diálogos, es decir, Gorgias o también conocido de la retórica.

Gorgias de Leóntinos es un maestro bien reconocido en su tiempo en relación a la retórica.

Se encuentra reunido con otros maestros de este mismo campo, entre ellos Sócrates, quien tiene serias dudas acerca de los usos y costumbres en la retórica.

También se encuentra presente Polo de Agrigento, Queréfonte y Calicles de Atenas, quien es el anfitrión de esta reunión.

A Gorgias lo precede la fama, la fama de sus discursos, discursos muy profusos acerca de las cosas, pues como mencionamos antes es un maestro muy bien reconocido acerca de la ya mencionada retórica, cuyo significado muy elemental simplemente consiste en la elaboración de un discurso para la persuasión o la persuasión a través de la elaboración de un discurso.

Sócrates por supuesto es un buen discursante también, pero tiene, como dije anteriormente, serias dudas acerca de los usos de la retórica.

Y esto nos lo hará saber en un punto maduro del debate precisamente en este diálogo.

Sócrates escucha de las palabras de Gorgias que el objeto de la retórica son los discursos.

Y que tienen por único fin la persuasión.

Pero ¿qué clase de discursos son estos?

¿No se supone que cualquier ciencia trata de persuadir de algo?

Pero la retórica nos persuade de lo justo y de lo injusto, en las palabras de Sócrates.

Para comenzar el debate, Sócrates hace una solicitud especial, y es que pide que Gorgias no se extienda en sus discursos profusos para sus respuestas, él pide que sea objetivo, en respeto y atención a los escuchantes de este debate.

Una vez aceptadas las condiciones, Sócrates empieza a debatir las posibilidades de retórica en medio de todo el debate sobre cómo está constituida y por qué Gorgias insiste que la retórica puede dar poder a las personas Y sobre por qué Gorgias insiste que la retórica puede ser mejor que las ciencias al causar poder al discursante.

Por ejemplo, Gorgias asegura que él podría convencer a la audiencia que es mejor que un médico.

En fin, se agregan muchos más permisos al mismo debate y ejemplos, pero estos se verán rodeados sigilosamente de un análisis en la retórica misma, maquinado nada más y nada menos que por Sócrates.

Polo, que también se encontraba presente, no se hace esperar e interviene tan pronto como puede en el debate, por supuesto, y en favor de Gorgias.

Recordemos que Polo también es un maestro de la retórica, sin embargo, Sócrates, que es muy paciente, le hace notar algunos errores en la aplicación de la retórica.

Sin arrogancias, sino como el maestro que Sócrates también sabe ser.

Muy pronto Sócrates, en estos meneseres, llega a una pregunta.

Polo, por supuesto, contesta líneas similares a las de Gorgias, puesto que considera también que la retórica tiene como único objetivo la persuasión y la elaboración de discursos, y que afirmativamente él lo piensa como un arte.

Sin embargo, esta misma pregunta se la hacen a Sócrates y Sócrates sorprendentemente responde que para él la retórica no es un arte, sino parte de una rutina, sin más necesidad que procurarse gusto y distracción.

Y añade que le parece un ejercicio feo en lo general, pues es una de tantas viles prácticas que recomienda la adulación y que fraudulentamente ha ocupado el lugar de las verdaderas artes.

¿Qué es peor, sufrir una injusticia o cometerla?

Esto es parte del desenlace en la obra, pues de este modo Sócrates crea una ruptura entre la retórica y genera dos tipos nuevos de retórica.

Confronta con esta pregunta a Gorgias y a Polo, y en algún punto del debate todos acuerdan afirmativamente que es mejor sufrir la que cometer y es aquí donde Sócrates en medio de su habilidad para crear la retórica de los justos como él la entiende expresa justamente esta separación de dos tipos diferentes de retórica pues efectivamente hay una retórica que comulga simplemente con el arte de la persuasión sin más fondo que los formulismos y discursos profusos y una retórica que busca mejorar las cosas que busca la verdad una retórica que es vertical a la justicia pues se argumenta mediante conocimientos y premisas que suelen apoyarse en la ciencia de los justos.

En las palabras de Sócrates, la retórica para ser justa sólo puede ser científica, pues persuadir solamente por persuadir es una injusticia por naturaleza, y para él esto la vuelve o la torna en una retórica para los ignorantes o para los injustos.

Por otro lado, en la retórica de la ciencia solamente se puede argumentar con conocimiento, pues al hombre instruido según Sócrates solamente se le puede persuadir enseñándole.

Ya casi al final del debate, Gorgias acerta por supuesto todas estas premisas, pues en apariencia no quedan espacios para coyunturas.

Pero estratégicamente hace una última acotación, donde expone que todo esto aplica muy bien para la forma de pensar de los filósofos, no así para los políticos y para los usos y costumbres del vulgo.

Y es aquí donde Sócrates admite que tanto en la política como en las leyes existen imposiciones de las mayorías Y afirma que es preciso analizar esta variedad, pues no es difícil pensar que para el vulgo es más fácil elegir cometer una injusticia antes que soportarla.

Con este contexto en mente, Sócrates se apresura a cerrar este diálogo y utiliza una última carta, él también expone una última premisa donde arguye que sin importar las posiciones sociales o pasiones en el último de los casos sobre los poco instruidos o los muy instruidos finalmente de las mayorías no puede haber una liberación absoluta de las pasiones, pues eso degeneraría cualquier sociedad.

En lugar de esto, según Sócrates, únicamente persiste la moderación para cualquier ser pensante, pues sin importar la ligereza que exista, al final también será concebible que exista en el ser un deseo por sufrir antes de un deseo de hacer sufrir.

La aportación más importante de esta obra es esa identificación de estos dos tipos de retórica, la retórica que se ocupa de resolver una situación a través de argumentar, a través de hechos, a través de pruebas, a través de la ciencia y la retórica que se utiliza simplemente para convencer.

Que se basa en mentiras, se puede basar en suposiciones, pues su único objetivo es persuadir.

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Speaker 0: Hola amigos, bienvenidos nuevamente a Rango Cultural. En esta oportunidad hablaremos de un clásico de la filosofía, que tampoco puede faltar en sus casas si son amantes de los clásicos. Hablaremos de los diálogos de Platón. Sí, los diálogos de Platón. Para ello desarrollaremos un análisis de tres de estas obras en una secuencia de tres vídeos.

Y es que hay mucho por compartir amigos y muy poco tiempo. Intentaremos centrarnos en los elementos más importantes de cada una de estas piezas. Platón se dio a la tarea de registrar en buena parte los discursos de su maestro Sócrates y es que este último no tenía el hábito de tomar notas. Por lo tanto, los diálogos de Platón, los diálogos de Platón, son un registro histórico, son un registro de las memorias o los discursos de Sócrates. Son tres diálogos que revisaremos en nuestra sesión, Gorgias, el Fedón y el Banquete.

En esta en particular nos centraremos en el primero de estos diálogos, es decir, Gorgias o también conocido de la retórica. Gorgias de Leóntinos es un maestro bien reconocido en su tiempo en relación a la retórica. Se encuentra reunido con otros maestros de este mismo campo, entre ellos Sócrates, quien tiene serias dudas acerca de los usos y costumbres en la retórica. También se encuentra presente Polo de Agrigento, Queréfonte y Calicles de Atenas, quien es el anfitrión de esta reunión. A Gorgias lo precede la fama, la fama de sus discursos, discursos muy profusos acerca de las cosas, pues como mencionamos antes es un maestro muy bien reconocido acerca de la ya mencionada retórica, cuyo significado muy elemental simplemente consiste en la elaboración de un discurso para la persuasión o la persuasión a través de la elaboración de un discurso.

Sócrates por supuesto es un buen discursante también, pero tiene, como dije anteriormente, serias dudas acerca de los usos de la retórica. Y esto nos lo hará saber en un punto maduro del debate precisamente en este diálogo. Sócrates escucha de las palabras de Gorgias que el objeto de la retórica son los discursos. Toda clase de discursos. Y que tienen por único fin la persuasión.

Pero ¿qué clase de discursos son estos? ¿No se supone que cualquier ciencia trata de persuadir de algo? Pero la retórica nos persuade de lo justo y de lo injusto, en las palabras de Sócrates. Para comenzar el debate, Sócrates hace una solicitud especial, y es que pide que Gorgias no se extienda en sus discursos profusos para sus respuestas, él pide que sea objetivo, en respeto y atención a los escuchantes de este debate. Una vez aceptadas las condiciones, Sócrates empieza a debatir las posibilidades de retórica en medio de todo el debate sobre cómo está constituida y por qué Gorgias insiste que la retórica puede dar poder a las personas Y sobre por qué Gorgias insiste que la retórica puede ser mejor que las ciencias al causar poder al discursante.

Por ejemplo, Gorgias asegura que él podría convencer a la audiencia que es mejor que un médico. En fin, se agregan muchos más permisos al mismo debate y ejemplos, pero estos se verán rodeados sigilosamente de un análisis en la retórica misma, maquinado nada más y nada menos que por Sócrates. Polo, que también se encontraba presente, no se hace esperar e interviene tan pronto como puede en el debate, por supuesto, y en favor de Gorgias. Recordemos que Polo también es un maestro de la retórica, sin embargo, Sócrates, que es muy paciente, le hace notar algunos errores en la aplicación de la retórica. Cuál novato.

Sin arrogancias, sino como el maestro que Sócrates también sabe ser. Muy pronto Sócrates, en estos meneseres, llega a una pregunta. ¿Qué es la retórica? ¿Y si la consideran un arte? Polo, por supuesto, contesta líneas similares a las de Gorgias, puesto que considera también que la retórica tiene como único objetivo la persuasión y la elaboración de discursos, y que afirmativamente él lo piensa como un arte.

Sin embargo, esta misma pregunta se la hacen a Sócrates y Sócrates sorprendentemente responde que para él la retórica no es un arte, sino parte de una rutina, sin más necesidad que procurarse gusto y distracción. Y añade que le parece un ejercicio feo en lo general, pues es una de tantas viles prácticas que recomienda la adulación y que fraudulentamente ha ocupado el lugar de las verdaderas artes. ¿Qué es peor, sufrir una injusticia o cometerla? Esto es parte del desenlace en la obra, pues de este modo Sócrates crea una ruptura entre la retórica y genera dos tipos nuevos de retórica. Confronta con esta pregunta a Gorgias y a Polo, y en algún punto del debate todos acuerdan afirmativamente que es mejor sufrir la que cometer y es aquí donde Sócrates en medio de su habilidad para crear la retórica de los justos como él la entiende expresa justamente esta separación de dos tipos diferentes de retórica pues efectivamente hay una retórica que comulga simplemente con el arte de la persuasión sin más fondo que los formulismos y discursos profusos y una retórica que busca mejorar las cosas que busca la verdad una retórica que es vertical a la justicia pues se argumenta mediante conocimientos y premisas que suelen apoyarse en la ciencia de los justos.

En las palabras de Sócrates, la retórica para ser justa sólo puede ser científica, pues persuadir solamente por persuadir es una injusticia por naturaleza, y para él esto la vuelve o la torna en una retórica para los ignorantes o para los injustos. Por otro lado, en la retórica de la ciencia solamente se puede argumentar con conocimiento, pues al hombre instruido según Sócrates solamente se le puede persuadir enseñándole. Ya casi al final del debate, Gorgias acerta por supuesto todas estas premisas, pues en apariencia no quedan espacios para coyunturas. Pero estratégicamente hace una última acotación, donde expone que todo esto aplica muy bien para la forma de pensar de los filósofos, no así para los políticos y para los usos y costumbres del vulgo. Y es aquí donde Sócrates admite que tanto en la política como en las leyes existen imposiciones de las mayorías Y afirma que es preciso analizar esta variedad, pues no es difícil pensar que para el vulgo es más fácil elegir cometer una injusticia antes que soportarla.

Con este contexto en mente, Sócrates se apresura a cerrar este diálogo y utiliza una última carta, él también expone una última premisa donde arguye que sin importar las posiciones sociales o pasiones en el último de los casos sobre los poco instruidos o los muy instruidos finalmente de las mayorías no puede haber una liberación absoluta de las pasiones, pues eso degeneraría cualquier sociedad. En lugar de esto, según Sócrates, únicamente persiste la moderación para cualquier ser pensante, pues sin importar la ligereza que exista, al final también será concebible que exista en el ser un deseo por sufrir antes de un deseo de hacer sufrir. La aportación más importante de esta obra es esa identificación de estos dos tipos de retórica, la retórica que se ocupa de resolver una situación a través de argumentar, a través de hechos, a través de pruebas, a través de la ciencia y la retórica que se utiliza simplemente para convencer. Que se basa en mentiras, se puede basar en suposiciones, pues su único objetivo es persuadir. Suscríbete a mi canal y cuéntame qué te pareció el análisis de esta obra.

Cuéntame si quieres que analicemos alguna otra obra. Diálogos de Piantón. 100% recomendado. Adiós.

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