- Melanie Klein was an Austrian psychoanalyst who developed the technique of using play to access the unconscious mind of children.
- She emphasized the importance of early relationships with caregivers and explored the primitive mental processes that shape a person's emotional world.
- Klein was born in Vienna in 1882 and grew up in a conservative Jewish family.
- She initially wanted to study medicine but ended up marrying her cousin and pursuing a career in psychoanalysis.
- Klein had three children and experienced periods of depression and anxiety throughout her life.
- She became a devoted follower of Sigmund Freud and attended psychoanalytic conferences where she presented her own research on child analysis.
- Klein's work focused on the role of aggression and guilt in the development of children, influenced by Freud's concept of the death drive.
- She became a member of various psychoanalytic societies and began her first child analysis in 1923, marking the beginning of her groundbreaking approach to therapy and theory.

- In 1923, Melanie Klein begins her first analysis of a child, marking the beginning of her new approach to analysis and her professional career.
- Klein's work is published by Ernest Jones in the International Psychoanalytic Journal, reinforcing her innovative approach.
- Klein and her husband attempt reconciliation by moving into a large house, but their personal relationship remains strained.
- Klein presents a controversial paper on child analysis at the 1924 International Congress, sparking a heated debate.
- Anna Freud criticizes Klein's approach to child analysis, leading to a symposium organized by Ernest Jones in response.
- Klein establishes the Melanie Klein-Krauss Foundation in 1955 and her book on child analysis is finally published in 1959.
- Klein's theories revolutionize traditional psychoanalysis and focus on the importance of early life experiences in shaping emotional development.
- Klein's theory of object relations suggests that individuals form psychological structures based on their interactions with objects.
- The development of the infant's world begins with the attachment to the breast, and their fantasies involve both love and aggression towards the mother.
- The way the mother handles breastfeeding and weaning influences the child's ability to handle feelings of love and hate.
- The infant's emotional development is parallel to their ability to perceive and understand their loving objects.

- The video discusses the theories of Melanie Klein in relation to the development of the infant's perception of good and bad objects.
- The first stage is the paranoid-schizoid position, where the infant cannot distinguish between themselves and external objects, leading to a split perception of good and bad objects.
- The second stage is the depressive position, where the infant develops a more integrated view of objects and experiences feelings of guilt and gratitude.
- The video also discusses the Oedipus complex, which Klein believes occurs earlier than Freud's theory suggests.
- Klein's theory suggests that the superego is formed early in life and is composed of both good and bad aspects of internalized objects.
- The video mentions the concept of identification projective, where the infant projects their own anxieties onto external objects.
- The video also highlights the importance of symbolic play as a method of communication and expression for children.

- The symbolism in children's play reveals unconscious fantasies that shape their behavior, similar to the free association method used with adults.
- Expressing thoughts, feelings, desires, and experiences through words requires maturity and reflection, which may be challenging for children.
- However, children have instinctual desires and fears that can be symbolized through fantasy play, influencing their attitudes and behavior.
- Symbolic play is a valuable tool for evaluating and working with children, contributing to psychoanalytic theory.
- Melanie Klein believed that play is a way for young children to indirectly express their original interests and desires.
- Analyzing the symbolism in play allows us to observe the unconscious fantasies that drive children's behavior, similar to how adults use free association.

- Melanie Klein was an Austrian psychoanalyst known for using play to access the unconscious mind of children.
- She emphasized the importance of early relationships and explored the primitive mental processes that shape a person's emotional world.
- Klein's work focused on aggression, guilt, and the role of early life experiences in emotional development.
- Her theories revolutionized traditional psychoanalysis and emphasized the significance of symbolic play in understanding children's behavior.
- Klein believed that analyzing the symbolism in play allows for observation of unconscious fantasies.

las muchas experiencias interesantes y sorprendentes del principiante en el análisis infantil es encontrar incluso en niños muy pequeños una capacidad de comprensión que a menudo es mucho mayor que la

Una frase célebre de Melanie Klein, esta gran psicoanalista austriaca que

desarrolló su labor principalmente con niños, A ella se le

debe la estructuración de la técnica del juego como medio

Disípula de Sigmund Freud y una de las autoras del psicoanálisis más importante.

Melanie Klein es conocida por un ajuste del modelo psicoanalítico al trabajo con niños, siendo una de las principales autoras en trabajar con menores.

Pero antes de profundizar acerca de sus aportaciones, comprenderemos primero quién era Melanie Klein, dónde creció, qué le inspiró y dónde se formó.

Melanie Klein nació el 30 de marzo de 1882 en Viena, Austria.

Fue una de las fundadoras del psicoanálisis basándose en los descubrimientos de Sigmund Freud.

Advirtió la centralidad de las primeras relaciones del lactante con sus cuidadores primigenios y lo más importante de su trabajo fue el esclarecimiento de los procesos mentales primitivos que constituyen el mundo emocional interior de cada persona.

Klein fue una de las analistas infantiles pioneras, luego se convertiría durante 30 años en una polémica y poderosa integrante de la sociedad británica del psicoanálisis, cuya influencia hoy en día abarca al mundo entero.

Su padre Maurice venía de una familia judía ortodoxa de Lemberg, Galicia y su madre era de Warsburg, en Eslovaquia.

Maurice se formó como médico a pesar de contrariar así los deseos de su conservadora familia Libusa era una atractiva y joven mujer que demostraba inteligencia Melanie fue la menor de cuatro hijos A su nacimiento tenía tres hermanos Emily de 6 años, Emmanuel de 5 y Sindonia de 4.

En 1885 cuando Melanie tenía 3 años, Sigmund Freud tenía

y se encontraba en ese momento en París realizando estudios sobre la histeria e hipnosis con el famoso neurólogo Jean-Martin Charcot.

En 1886 la hermana más apegada a Melanie, Sidonie, muere de escrúfula a los 8 años de edad, cuando Melanie tenía 4 años.

En 1898, a los 16 años de edad, Melanie ya tiene planes de estudiar en el Instituto de Enseñanza Media.

Siempre ha querido estudiar medicina, pero para entonces ya piensa específicamente en la psiquiatría.

Ese mismo año aprueba sus exámenes de ingreso.

En 1899, a sus 17 años, Melanie conoce a quien después se convertiría en su esposo, Arthur Esteban Klein, cuatro años mayor que ella y a la vez su primo segundo.

Klein estudia la carrera de ingeniería química en Zurich, él le propone matrimonio poco tiempo después de su primer encuentro y ella acepta.

Con el compromiso se concreta el fin de la ambición de Melanie de estudiar medicina.

En 1903, cuando aún se encuentra haciendo el duelo por su hermano, Melanie Reises contrae matrimonio con Arthur Klein, el 31 de marzo, un día después de cumplir 21 años.

En 1904, el 19 de enero, nace Melita, la primera hija de Melanie.

En 1907, el 2 de marzo, nace el segundo hijo de Melanie, un varón llamado Hans.

Este nombramiento tuvo lugar después de una gran depresión que la madre sufriera durante el embarazo.

Sobre el final de 1907 la familia de Clay se muda a Crabtis, un pequeño pueblo provincial en Silesia de Norte, donde Arthur fuera nombrado director de una fábrica de papel.

Poco tiempo después se muda con ellos Libusa.

En 1908 Melanis se vuelve cada vez más ansiosa y deprimida.

Se encuentra notoriamente infeliz en su vida de casada y en ese pequeño pueblo sin amigos.

A menudo se encuentra alejada de ahí, visitando amigos o familiares o haciendo viajes a Budapest y a Basi.

Recibe tratamientos como el baño de ácido carbónico por sus nervios.

Debido a esto, ella pasa largos períodos alejada de sus pequeños hijos y tampoco ayudan mucho las extrañas cartas que su madre Libusa le escribe con tono entrometido y genera culpa en ella.

En 1910, Abraham se convertiría más tarde en el analista de Klein, para quien sería una figura de importancia en su pensamiento psicoanalítico y su vida emocional.

En 1914, al culminar un nuevo embarazo transcurrido bajo una profunda depresión, Clayne da a luz el 1 de julio a su tercer hijo y el último, Eric.

Dos semanas más tarde, el día 28 de julio de 1914, estalla la primera guerra mundial.

Tanto Arthur Klain como el cuñado de Melanie, Leopik, son llamados a combatir.

Por primera vez en su vida, Klein es capaz de hablar acerca de sus experiencias emocionales y tiene la posibilidad de ser escuchada por una platea sumamente inteligente, atenta y perspicaz de una sola persona.

Este encuentro con Frenzy se construiría nada más y menos que un punto de inflexión en su vida.

En ese mismo año, Klein leería la publicación de Sigmund Freud sobre el sueño, que la culminaría de un gran entusiasmo acerca del conocimiento y las posibilidades reveladas por Freud, con lo cual se vuelve devota del psicoanálisis.

se publica el famoso ensayo de Freud titulado Mourning en melancolía.

Más tarde, Klein desarrollaría sus ideas racionales acerca de estados maníaco-depresivos, así como su concepción de una gran influencia sobre la posición depresiva, en función de la explicación de Freud sobre la centralidad de la agresión y la culpa de la experiencia del paciente melancólico.

En 1918, los días 28 y 29 de septiembre, Melanie Klein asiste al V Congreso del Psicoanálisis en la Academia Húngara de Ciencias en Budapest.

Está entre la audiencia que escucha a Freud durante la lectura de su artículo intitulado Los caminos de la terapia psicoanalítica, que incrementa aún más su fascinación por el psicoanálisis.

Se trata seguramente de la primera vez que Klein escucha Freud leer su obra en persona y también será una de las pocas veces que eso suceda.

Para Klein se trata de una instancia extraordinaria dado que tiene la oportunidad de encontrarse cara a cara con el brillante fundador del psicoanálisis, quien es objeto de profunda veneración.

En 1919, en el mes de julio, Klein presenta ante la Sociedad Hungara del Psicoanálisis el estudio realizado con su hijo Eric, de 5 años de edad.

Se trata de su primer estudio realizado acerca de un niño.

Poco tiempo después, Klein es aceptada como un miembro de esa sociedad.

En 1920, en septiembre, Melanie Klein asiste al primer congreso internacional desde la guerra organizado en La Haya.

Freud publica Beyond the Pleasure Principle, más allá del principio del placer, donde plantea la nueva y audaz concepción de la pulsión de muerte.

Esta idea tan polémica desde sus orígenes será clave en el desarrollo de la teoría de Klein y muy especialmente en lo referente al sadismo y el clivaje del ego en los niños pequeños.

En 1921, en el mes de febrero, Klein presenta su primer trabajo académico sobre el psicoanálisis ante la Sociedad de Berlín.

Acerca del caso de la inhibición de aprendizaje de Félix, existe la probabilidad, aunque no hay ninguna certeza al respecto, que Félix sea en realidad su hijo Hans.

Klein publica una versión ampliada de su trabajo académico en 1919 sobre su hijo Erich, al que se hace referencia bajo el nombre ficticio de Fritz.

En 1922, Klein presenta otro estudio acerca del análisis temprano ante el Congreso Internacional de 1922.

En función de este trabajo y del que presentará el año anterior, Klein es admitida como miembro asociado de la Asociación de Berlín.

En 1923, después de convertirse en el miembro pleno de la Asociación Psicoanalítica de Berlín en el mes de febrero, Klein inicia en su primer análisis infantil, lo que la marcará en el comienzo de un audaz nuevo enfoque sobre el tratamiento y la teoría del análisis, así como el inicio de su carrera profesional de Klein.

Un hecho que viene a reforzar esto será la publicación del trabajo de Klein titulado El desarrollo del niño por parte de Ernest Jones en la revista internacional psicoanalítica.

La niña a la que Klein se refería como Rita, en sus notas comienza a analizarse con ella cuando tiene apenas dos años y medio de edad.

En el mes de noviembre, Abraham, quien en ese momento supervisaba el trabajo de Klein, le escribe a Freud.

Durante los últimos meses, la señorita Klein ha llevado adelante con pericia el psicoanálisis de una niña de tres años, con buenos resultados terapéuticos.

La niña presentaba el típico cuadro de la depresión básica que al que yo describí en la estrecha relación con el erotismo oral.

El caso presenta un entendimiento deslumbrante acerca de la vida instintiva.

En cuanto a su vida personal, Klein y su esposo Arthur intentan una reconciliación instalándose en una casa de grandes dimensiones que construyó Arthur a su vuelta de Suecia, en Dachlin.

Freud publica su segunda y definitiva teoría estructural acerca de la mente bajo el título de El Ego y el Ello.

En 1924, durante el octavo Congreso Internacional que tuvo lugar en Salzburgo en el mes de abril, Klein expone un trabajo sobre la técnica de análisis infantil que genera una gran controversia.

El mismo sería incluido como el segundo capítulo de la obra, el psicoanálisis de niños.

el 19 de marzo, Anna Freud hace una presentación ante la Sociedad de Berlín acerca del tema de la técnica analítica en niños, que representa un ataque escasamente encubierto del enfoque de Melanie Klein para con el psicoanálisis.

Como respuesta a esto, Ernest Jones organiza un simposio para la sociedad británica de psicoanálisis.

Para tratar el mismo tema, Sigmund Freud se muestra descontento con lo que considera es un ataque hacia su hija y tal vez por extensión hacia él mismo.

En 1942, en las reuniones, Anna Freud y Edward Glover arremetan contra la legitimidad de Klein como psicoanalista.

En tanto Melita ataca a su madre con una furia visceral que parece más bien algo personal que algo relacionado con la teoría.

La impresión es que la sociedad no podría sobrevivir a una guerra divisionista tan profunda que enfrenta ideas y personalidades.

En 1955, el día primero de febrero, Klein crea la Fundación Melanie Klein-Krauss, después de haberlo planeado durante varios años.

En 1959, después de haber sido asumida por el psicoanalista y filósofo francés Jacques Lacan, quien posteriormente la deja inconclusa, Se publica finalmente la obra de Klein, el psicoanálisis de niños.

En 1960 fallece tras una operación que tuvo complicaciones el 22 de septiembre a la edad de 78 años.

Aunque las teorías de Mellan y Klein nacieron del cuerpo teórico-técnico creado por Sigmund Freud, llegaron a revolucionar la metapsicología tradicional, dándole a sus conceptos centrales matices muy peculiares lo que obliga a encuadrarlas como una doctrina psicoanalítica particular.

Mellan y Klein encaminó el pensamiento psicoanalítico hacia una nueva dirección, con el reconocimiento de la importancia que las experiencias de los primeros años de vida tienen para la formación de nuestro mundo emocional en la adultez.

Mediante la ampliación y desarrollo de las ideas de Sigmund Freud, Klein se inspiró en el análisis de juego de niños para llegar a formular nuevos conceptos como los de la posición esquizoparanoide y depresiva, radicales para su tiempo y generadores de grandes controversias.

Sus teorías perduran en el centro del pensamiento kleiniano, el cual continúa evolucionando y creciendo.

Las imágenes que aparecen a continuación corresponden a los dibujos, pinturas y recortes realizados por los pacientes infantiles de Clayne durante sus sesiones de análisis.

Se publican por cortesía de la biblioteca Wellcome.

Mellan y Clayne imaginaba el mundo subjetivo del bebé como una mezcla caótica de imágenes internalizadas de personas y partes de personas.

La imaginación del niño, aguijoneada por la ansiedad y el enojo, transforma esas imágenes en fantasmas, a veces aterradoras de objetos buenos y malos.

La teoría psicoanalítica de Melanie Klein se basa principalmente en su teoría de las relaciones objetales.

En esta teoría, se establece que el sujeto se relaciona con el medio a partir de las sensaciones e impulsos que siente y proyecta sobre los objetos de su impulso.

Las relaciones con dichos objetos generan huellas permanentes que marcarán la futura relación con otros, internalizándose las experiencias vividas y organizándose en base a ellas la estructura psicológica del sujeto.

Así, la configuración psíquica de una persona estaría basada en cómo se ha relacionado y cómo se ha internalizado la interacción con dichos objetos, desarrollándose el individuo a base de ello.

Es decir, que los aprendizajes pasados tienen mucha importancia para la teoría de Melanie Klein, a diferencia de la corriente biologicista de la época, que defendía lo esencial de los genes.

El desarrollo del mundo del objeto empieza también con el apego amor-odio al pecho, el objeto más importante en el mundo del bebé, al inicio el único objeto, preocupado solo por la gratificación de las necesidades.

Un bebé está limitado a dos categorías importantes de experiencia, placer y dolor.

Si el bebé está siendo agraficado por el pecho, lo ama y tiene fantasmas agradables al respecto.

Cuando los bebés se sienten frustrados por el pecho, sus fantasías consisten en atacarlo.

En esas fantasías agresivas, el bebé desea morder y desgarrar a la madre y sus pechos y destruirla también de otras maneras.

La relación del infante con el pecho y, por tanto, con el mundo, es casi por completo de una orientación oral, pasivo o incorporativa.

Existe muy poca iniciativa activa o diferente asociada basada en la realidad entre el sí mismo y lo exterior.

En consecuencia el fantasma que tiene el bebé del mundo se enfoca en el pecho, el como su objeto de constante deseo, el pecho se posee por incorporación.

En este fantasma de incorporación, el bebé experimenta que el pecho en la boca es parte de sí mismo, Pecho y bebé se perciben como uno y lo mismo.

En el desarrollo de los objetos parciales a la persona total, el mundo objeto del bebé muy pequeño consta de objetos parciales, algunos de los cuales son gratificantes, otros frustrantes, algunos acogedores y otros hostiles, algunos en el interior y otros en el exterior.

De manera gradual, los bebés perciben que el mundo consta de objetos buenos, que dan satisfacción y placer, y también objetos malos, que producen frustración y dolor.

Los objetos buenos son idealizados, el fantasma los eleva a la bondad absoluta.

Los objetos malos son fantasmas creados en representación de odio destilado, como el pecho de la madre en ocasiones satisface y otras veces frustra las necesidades orales del bebé.

Las formas en las que la madre maneja el amamantamiento y el destete tienen una fuerte influencia en la manera en la que el niño aprende a manejar las emociones de amor y odio.

Las habilidades cognitivas subdesarrolladas del bebé permite que se apegue a una parte de una persona o incluso a partes de su propio cuerpo.

Por tanto, no es necesario que la experiencia de la madre de la primera infancia sea la persona real e íntegra.

Al principio, la experiencia de la madre es poco más que un pezón que sobresale del pecho.

Según la teoría de Klein, el bebé experimente ese objeto parcial como la fuente de todo lo bueno o como el agente de todo lo que es frustrante.

La madre es deseada y odiada con toda la intensidad que es característica de los primeros impulsos del bebé.

Desde el principio ama a su madre en los momentos en que satisface sus necesidades de alimento.

Ella alivia sus sentimientos de hambre y le da placer sensual, lo que experimenta cuando succiona el pecho.

Esta gratificación es la parte inicial de la sexualidad del niño.

El significado de la situación se altera de repente cuando los deseos del bebé no son gratificados.

Se suscitan sentimientos de odio y agresión y el niño queda dominado por los impulsos de arremeter contra el objeto de todos sus deseos que en su mente está conectado con todo lo que experimenta bueno y malo por igual La maduración de la vida emocional del infante es paralela a su creciente sofisticación para percibir sus objetos amorosos.

Algún tiempo después de los 4 o 5 meses de vida, la madre se transforma de un conjunto de objetos parciales a un objeto total.

Los pechos bueno y malo pasan a experimentarse como madre buena y mala.

Ahora el conflicto amor y odio, el temor de ser atacado por un objeto gratificante pero atemorizante, se transfiere a la madre como una persona completa.

El bebé pasa ahora por una intensificación de sus conflictos acerca de los objetos buenos y malos, es decir, afrontar a una madre buena que a veces es también una madre mala.

Una estrategia podría ser atacar el objeto malo para proteger al objeto bueno.

Aniquilar a la mamá mala antes de que ella te ataque, sin embargo esa lógica infantil choca con la percepción de que lo bueno y lo malo ya no se experimenta como objeto parcial separado.

En opinión de Klein, El bebé debe calcular que podría destruir al objeto bueno amado aunque solo intentaba destruir al objeto malo persecutorio La tenue conciencia de que el objeto amoroso está en peligro conduce al bebé a la comprensión con su respectiva cuota de culpa de que él es peligroso para la madre, los sentimientos de culpa se agregan entonces al dolor del conflicto entre el amor y el odio.

La posición esquizoparanoide Esta posición aparece siendo el primer tipo de relación objetal, iniciada con el nacimiento y tiende a durar hasta los seis meses de edad.

En esta etapa inicial del desarrollo, el niño aún no es capaz de identificar el yo de lo que no lo es, teniendo un pensamiento concreto y no siendo capaz de distinguir elementos holísticos.

Al no ser capaz de distinguir el yo de lo que no lo es, el niño no puede integrar la existencia conjunta de aspectos gratificantes y aversivos en un mismo objeto, con lo que reacciona identificándolo los objetos de forma parcial, haciendo que considere la existencia de uno bueno que lo cuida y otro malo que lo daña o frustra, denominándose escisión a este mecanismo de defensa, proyectando en ellos sus impulsos e intentos.

El ejemplo más importante y que más marcará al infante es el pecho materno, que en ocasiones lo amamanta y en otras lo frustra.

Debido a la existencia de un objeto malo, persecutorio, el infante desarrollará ansiedad y angustia ante la idea de que éste pueda atacarle, de este modo se desarrolla un miedo paranoide que a su vez despertará instintos agresivos y sádicos hacia el objeto, asimismo son frecuentes la confusión y angustia ante el desconocimiento de un objeto que se va a encontrar.

El pecho bueno representa todo lo bueno y favorable y el pecho malo a todo lo maléfico y persecutorio.

El bebé cuando experimenta displacer dirige todo su odio al pecho malo por medio del proceso llamado proyección y todo lo que percibe y toma para sí lo hace por medio de introyección.

El pecho es el primer objeto deseado e introyectado, al succionar construye la fantasía de tener el pecho dentro de sí, tanto para sus aspectos buenos como malos.

Si el niño logra identificar los aspectos buenos de los objetos a través de la vivencia y las experiencias positivas, conseguirá formar un yo sano, lo que le permitirá pasar a la siguiente posición.

La posición depresiva, según el niño va madurando, empieza a tener un mayor desarrollo del yo y una mejor capacidad de discernimiento de lo que es el yo de lo que no, siendo ahora capaz de observar que los objetos son independientes de sí mismos.

Esta etapa surge alrededor de los 6 meses después del nacimiento, Se incorpora e introyecta el aspecto bueno de los objetos, concretamente del pecho materno, y el niño es capaz de integrar los aspectos agradables y desagradables de los objetos.

Poco a poco se ha pasado a poder ver los objetos como un solo elemento que en ocasiones puede ser bueno y en otras malo.

Disminuyen las funciones agresivas y al observar que el objeto es un ente independiente, nace el miedo y la angustia ante la posibilidad de su pérdida.

Así pues, en esta posición o etapa aparecen angustias de tipo depresivo que se añaden a las propias de la posición anterior, nacen los sentimientos de culpa y gratitud hacia los objetos, y empieza a aplicarse mecanismos de defensa como la represión de instintos y el desplazamiento.

El complejo de Edipo Uno de los conceptos más polémicos en la teoría psicoanalítica es el complejo de Edipo, que según Freud aparece a lo largo de la etapa fálica alrededor de los tres años.

En la teoría psicoanalítica de Melanie Klein, este complejo es bastante anterior apareciendo junto a la integración de los objetos parciales en un objeto total durante la posición depresiva.

Dicho de otro modo, Klein considera que existe un complejo de dipo desde el momento en que el niño es capaz de discernir que sus progenitores son individuos ajenos a él, observando que existe un vínculo entre ellos del que él no forma parte.

El niño proyecta sus deseos en dicho vínculo, generándose envidia y provocando sentimientos ambivalentes al respecto.

Posteriormente, aparecerá el complejo de Deepo propuesto por Freud en el momento en que se reduce la ambivalencia y se realiza la elección entre el deseo de un progenitor y la rivalidad e identificación con el otro.

El superego Es una estructura interna o parte del yo que a modo de autoridad interior reflexiona sobre el yo, emite juicios, ejerce presión moral y es la base sobre la que se asienta en la conciencia, la culpa y la autoestima.

Para Klein, el superego está compuesto por una parte escindida del ego en la que se proyecta la pulsión, la muerte fusionada con la pulsión de vida y los aspectos buenos y malos de los objetos primarios, así como de los objetos posteriores.

El super-yo adquiere características tanto de protección como cualidades amenazantes.

El yo y el super-yo tienen en común distintos aspectos de los mismos objetos y se desarrollan en forma paralela a través del proceso de introyección y proyección.

Si todo va bien, los objetos internos del Ego y del Superego, que en principio son externos, se vuelven menos externos y las estructuras llegan a una reconciliación creciente.

Según Klein, el Super-Yo comienza a formarse al inicio de la vida y no con la resolución del complejo de Dippo como indica la teoría de Freud.

El super-ego temprano es muy severo, pero con el proceso de desarrollo se vuelve menos severo y más realista.

En el desarrollo patológico, el super-yo severo temprano no se modifica.

Y en casos extremos, los aspectos no integrados, idealizados y aterradores de los objetos primarios son escindidos por el ego, para desaparecer a un área del inconsciente profundo.

Con el tiempo, Klein llegó a considerar estos disipados objetos parciales como algo separado del superego, en tanto otros los consideran como constituyentes de un superego anormalmente destructivo, ya sea que sean vistos como superego o no.

Klein y otros asocian esos objetos internos externos con alteraciones extremas y hasta con psicosis.

Se los consideran distintos al superego severo temprano común que se basa en instintos predominantes fusionados susceptibles de modificación.

Los objetos internos más importantes son los que derivan de los padres, en particular de la madre o del pecho en el que el recién nacido proyecta los aspectos relativos a su amor.

Pulsión de vida o su odio, pulsión de muerte.

Se considera que al ser llevados al yo, estos objetos son experimentados por el niño en forma concreta como algo físicamente presente en el cuerpo, que es causante del placer pecho objeto parcial interno bueno o de dolor pecho objeto parcial interno malo.

La visión del niño de la motivación de estos objetos está basada en parte en la percepción precisa que el niño tiene del objeto externo y en parte en los deseos y sentimientos.

El niño ha proyectado dentro de los objetos externos un deseo malévolo de causar daño en el objeto malo y un deseo benévolo de causar placer en el objeto bueno.

Para Klein, la identificación proyectiva se establece desde el nacimiento con la finalidad de liberar al bebé de la angustia de aniquilación proveniente con la pulsión de muerte.

Es un mecanismo primitivo que tiende a asumir las experiencias dolorosas que el recién nacido es todavía incapaz de contener en su mente incipiente.

Al sentir ansiedad el bebé escinde y expulsa con odio fuera del yo todo aquello que percibe como peligroso y dañino.

Inclusive partes de su self se coloca dentro de la madre.

El juego simbólico en la fantasía inconsciente, la capacidad para expresarse verbalmente y exteriorizar mediante la palabra, pensamientos, emociones, deseos y vivencias se va desarrollando a lo largo de la vida.

Esta capacidad requiere un cierto nivel de desarrollo madurativo y de aprendizaje, así como de una cierta capacidad de introspección.

Así pues, para un niño que no ha finalizado su desarrollo es sumamente complejo ser capaz de expresar sus pulsiones, deseos y angustias.

Este es Uno de los principales motivos por los cuales el método de asociación libre propio del psicoanálisis freudiano no podía ser originalmente aplicado a niños.

Sin embargo, los elementos pulsionales, los deseos y miedos que forman parte de cada uno están presentes desde el nacimiento.

Para la teoría psicoanalítica de Melanie Klein, si bien en la infancia dichos elementos pueden no ser conscientes, pueden encontrarse simbolizadas en la generación de fantasías.

De este modo, las fantasías inconscientes actúan como método de expresión de los instintos básicos y las angustias, proyectándose estos en el juego y dirigiendo en gran medida la actitud y la conducta infantil.

En este aspecto, una de las contribuciones más valoradas por parte de la teoría psicoanalítica de Melanie Klein es la introducción del juego simbólico como método de evaluación y trabajo con menores.

Para Klein, el juego es un método de comunicación en el que el infante exterioriza sus inquietudes y deseos privigenios de forma indirecta.

De este modo, analizando el simbolismo encerrado en el proceso del juego, es posible observar las fantasías inconscientes que rigen la conducta del niño de un modo análogo al emplearlo en los métodos de sensación libre aplicados en adultos.

En conclusión, entre los aspectos positivos que encontramos, El juego simbólico y la fantasía inconsciente nos pareció un aspecto muy acertado.

A lo largo de la vida se desarrolla la capacidad de expresarse verbalmente y de exteriorizar pensamientos, sentimientos, deseos y experiencias a través de las palabras.

Esta habilidad requiere cierta madurez en el desarrollo y aprendizaje, así como la capacidad de reflexión.

Para los niños cuyo desarrollo aún no es completo, aprender a expresar sus impulsos, deseos y miedos es muy complejo.

Esta es una de las principales razones por las que la asociación libre psicoanalítica freudiana no era originalmente aplicable en los niños.

Sin embargo, los elementos pulsionales, los deseos y miedos que forman parte de cada uno, están presentes desde nacimiento.

Klein relataba que estos elementos pueden no ser conscientes en la infancia, pero pueden simbolizarse en la creación de fantasías y realmente tienen sentido, ya que ésta, de manera las fantasías inconscientes sirven como una forma de expresar instintos, miedos básicos y proyectarlos en el juego, dirigiendo principalmente la actitud y el comportamiento del niño.

Por ende, la introducción del juego simbólico como método de evaluación y trabajo con menores es una gran contribución para la teoría psicoanalítica en nuestra opinión.

Para Klein, el juego es una forma de comunicación en la que los niños pequeños exteriorizan indirectamente sus intereses y deseos originales.

Así, al analizar el simbolismo involucrado en el juego, podemos observar las fantasías inconscientes que determina el comportamiento de los niños en formas que ocurren en la asociación libre de los adultos.

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